La vida y el legado del más grande poeta ruso Aleksandr Serguéyevich Pushkin
El próximo año 2024 se celebra el 225° aniversario del natalicio de Aleksandr Pushkin, сonsiderado el más grande poeta ruso, de talla universal. Pushkin no solo es el creador de la lengua rusa moderna,- que asombró a sus contemporáneos por un lenguaje sencillo y a la vez profundo y complejo,- sino que es el estandarte de la poesía y narrativa a nivel mundial, y sigue siendo fuente de inspiración de sucesivas generaciones de escritores.
Aleksandr Serguéyevich nació en Moscú, en el seno de una familia culta, el 6 de junio de 1799. Su bisabuelo, por línea materna, Abram Petróvich Gannibal, había sido un príncipe africano secuestrado por esclavistas otomanos y llevado a Rusia, en donde, bajo la tutela de Pedro el Grande, terminó convirtiéndose en General de división, ingeniero militar y Gobernador de la región de Tallin.
Pushkin creció rodeado de libros y poetas amigos de su padre, por lo que desde muy temprano sintió gran inclinación por la lectura y las historias. Recibió una amplia y esmerada educación en el Liceo Imperial de Tsárskoye Seló, adoraba de tal forma la literatura que pronto se dedicó a escribir poesía, hasta sorprender a su mentor, en ese momento el más notable poeta de Rusia- Gavrila Derzhavin, quien reconoció el enorme talento del pequeño poeta. Ya en 1814, Pushkin publica sus primeros versos en la revista Vestnik Evropy.
En el año 1817 obtuvo un cargo en el ministerio de Asuntos Exteriores ruso en San Petersburgo, permitiéndole alternar con la mejor sociedad y al tiempo formar parte de los grupos intelectuales ansiosos de transformaciones. En 1820 a 1822 sufrió los rigores del exilio, viajó por el Cáucaso y Crimea y de dedicó a planificar y escribir sus grandes obras, por las cuales será recordado por siglos.
De ese período son sus obras: Ruslán y Liudmila (1820), poema romántico basado en el folclore nacional, que le abrió el camino como uno de los poetas más prometedores de Rusia; El prisionero del Cáucaso (1822), La fuente de Bajchisarai (1823) y Los gitanos (1824). Desde 1823 escribe Eugenio Oniéguin, su obra más famosa que ha sido considerada como la primera de las grandes novelas en lengua rusa.
En ese mismo año, Pushkin establece residencia en Odesa y, debido a una aventura amorosa con la esposa de un superior, es destituido y expulsado del cuerpo de funcionarios. A partir de 1824, Pushkin se retiró a las propiedades de su madre, en Mijáylovskoye cerca de Pskov. Esos resultan ser sus mejores años para la meditación y la creatividad; comparte sus días con su nodriza Arina Rodiónova, quien como se sabe jugó un papel importante en la vida y formación del poeta. Allí escribió, entre 1824 y 1825, Borís Godunov, tragedia histórica rusa que fue publicada seis años más tarde.
En 1826 el zar Nicolás I, le perdonó y le permitió regresar a la capital. Pushkin estudia con pasión la historia de su pueblo; escribe los poemas históricos Poltava (1828) y El jinete de bronce (1833), y su novela épica sobre la rebelión de Pugachiov- La hija del capitán (1836).
En 1831, Pushkin llega a San Peterburg con su esposa, y en 1833 el Zar lo nombra "gentilhombre de cámara". Es elegido miembro de la Academia Rusa. El poeta no deja de escribir, a pesar de las dificultades económicas y las intrigas en la corte.
En 1836 emprendió la publicación de la revista literaria El Contemporáneo para aliviar su situación, revista que llegaría a adquirir un máximo prestigio en las letras rusas.
Finalmente, la alta sociedad en que tuvo que desenvolverse montó una intriga que resultó mortal. Las envidias le acechaban y, el 27 de enero de 1837, a los 37 años, Pushkin fue mortalmente herido en un duelo mantenido con el militar francés Georges d’Anthés, ahijado del embajador neerlandés, en las afueras de San Petersburgo, a causa de la actitud provocadora de este para con su esposa. Le manipularon el arma, por lo que el poeta no pudo defenderse.
En América Latina Pushkin es conocido principalmente por sus obras en prosa, las mismas que pronto fueron traducidas al español generalmente a partir del francés. Así, tenemos publicaciones de La Dama de picas, Los Cuentos de Belkin, Duvrovskiy, La Ventisca. La poesía de Pushkin, sin embargo, no ha conseguido ni la fama de que goza en su país, ni la difusión que se merecería por su alto valor literario, humanístico y de trascendencia universal. A ello ha contribuido, sin lugar a dudas, la enorme dificultad,- ponderada casi siempre como “imposible”, “inalcanzable”,- de traducir la lírica pushkiniana. Pushkin se lee y se aprecia en toda su maravillosa sencillez, profundidad, musicalidad y rima en su idioma original, pero ciertamente nadie se ha atrevido a poner en castellano aunque fuere la más “opaca” de las versiones del gran poeta, que permitiera conocerlo y valorarlo, tal como ha sucedido en su país.
Aún está pendiente una tarea de revalorización de la poesía de Pushkin y un esfuerzo considerable para ponerlo a disposición del gran público. El legado del poeta ruso es demasiado grande, extenso, complejo: una (1) novela en verso, 6 cuentos, 12 grandes poemas, 780 versos (rimas), además de 8 dramas y 15 relatos en prosa.
Nos atrevemos a afirmar que, en lengua castellana, apenas se dispondrá de una cincuentena de versos (rimas), de los más representativos, del gran poeta ruso, lo cual evidentemente resulta muy pobre para mostrar toda su magnificencia. Y qué decir de sus grandes poemas históricos, épicos y románticos, en los cuales existe una riqueza inabordable.
Con ocasión del aniversario de su natalicio, esperamos que se realizarán esfuerzos para publicar parte de la extensa y valiosísima obra lírica de Pushkin, que permita conocerlo y llegar a quererlo, tal como lo aman en su tierra.